TIPOS DE AVENA
En Uruguay se utilizan como cultivos forrajeros invernales avenas con muy diferentes características morfológicas de semilla y de planta.
1. Avena sativa L.
Los cultivares de avenas blancas han sido seleccionados para obtener alto rendimiento y calidad de grano con baja proporción de cáscara. Son en general de hojas anchas y hábito de crecimiento erecto, rápida oferta de forraje, caña fuerte y panoja compacta.
Ej. INIA Polaris, CALPROSE Amazona, CALPROSE Soberana, Cristal INTA.
2. Avena byzantina C. Koch.
Las avenas amarillas tienen rendimiento de grano menores, alta relación cáscara/grano, coloración amarilla-rojiza de la cobertura de la semilla, caña fina y alta susceptibilidad al vuelco. En general tienen muy buena adaptación al pastoreo debido a su denso macollaje y hojas finas.
Ej. Estanzuela 1095a, RLE 115, Protina 34, Izar, Esterina.
3. Avena strigosa Schreb.
Los cultivares de avena negra tienen muy bajo rendimiento de grano, semilla de tamaño pequeño, de coloración oscura a negra, hojas y tallos finos. Se destinan a pastoreo directo por la producción temprana de forraje, así como abono verde en rotaciones cortas.
Ej. IAPAR 61, Mulata, Esterosa, CALPROSE Azabache.
En el caso particular de Avena sativa y Avena byzantina, como son especies botánicas que se cruzan entre sí, los cultivares de ambos grupos se clasifican como Avena sativa en otros países. INIA ha utilizado la facilidad de cruzamiento entre estos dos grupos para combinar características sanitarias y productivas en su programa de mejoramiento genético.
Avenas como cultivo forrajero anual
Aunque existen diferencias importantes entre cultivares dentro de cada especie, se puede caracterizar un cierto patrón de comportamiento. Si bien las avenas pueden destinarse a cosecha de grano/semilla, el uso más común de los tres tipos de cultivares en Uruguay es para pastoreo directo. Todos los años se pastorea totalmente una proporción importante del área sembrada, mientras que un área menor se pastorea para luego cosechar heno o grano (doble propósito). En este último caso se logra una larga estación de crecimiento, que puede alcanzar 10 meses cuando se realiza la siembra temprano en el año, y se utilizan preferentemente avenas amarillas y blancas.
La primera forrajera invernal que se siembra en Uruguay es la avena forrajera. Las siembras comienzan tan temprano como mediados de enero en establecimientos lecheros, donde el uso de la tierra es muy intensivo, y no hay otras especies invernales que se adapten a fechas de siembra tan tempranas. Es el cereal más tolerante a altas temperaturas y déficit hídrico en la etapa de plántula, condiciones
prevalentes a fines de verano y comienzos de otoño. Las siembras tempranas aumentan la producción de forraje que puede usarse antes de que las condiciones invernales restrinjan las tasas de crecimiento.
Se observan importantes diferencias entre tipos y cultivares en cuanto a la flexibilidad de la fecha de siembra. En general las avenas amarillas son más productivas en otoño y parte del invierno porque admiten siembras tempranas (enero-febrero) que prolongan el periodo productivo del otoño, ayudado por el alto macollaje que favorece los rebrotes posteriores. En siembras de marzo acumulan un alto volumen de forraje en primavera con manejo adecuado para doble propósito. Las avenas blancas y negras se comienzan a sembrar en marzo, ya que generalmente encañan con siembras más tempranas. Las avenas blancas, cuando tienen buena sanidad foliar, son las más adecuadas para acumular reservas en primavera, por su mayor calidad
nutricional (alto índice de cosecha).
Debe tenerse en cuenta que hay cultivares de avena tipo sativa que tienen características particulares (floración tardía, alto macollaje) que admiten siembras tempranas (enero-febrero), por lo que la separación entre cultivares según tipo botánico no es siempre tan clara.
Aspectos prácticos a tener en cuenta en la elección del cultivar de avena
Hay 4 cultivares de avena blanca y 5 de avena amarilla
inscriptos en el Registro Nacional de Cultivares de INASE en el 2009, además de 4 cultivares de avena negra. Entre ellos existen diferencias marcadas en ciclo, rendimiento, épocas de siembra, entre otros. El conocimiento de las características varietales permitirá seleccionar el mejor cultivar para el esquema forrajero del establecimiento.
A continuación se detallan algunos aspectos a tener en cuenta para la elección de cultivares.
1. Tipos de avena
Los cultivares de avenas blancas, amarillas y negras pueden tener diferencias importantes en la producción estacional, la fecha de siembra y el potencial uso de doble propósito. Es importante relevar la información disponible para elegir el cultivar más adecuado a los requerimientos productivos de la rotación.
2. Suelo, fertilidad y fertilización prevista
Las avenas son plantas rústicas, poco exigentes en suelo, aunque no toleran el anegamiento. Tiene menores requerimientos de fertilidad y mayor tolerancia a restricciones hídricas que raigrás en la etapa de
implantación. Los cultivares de avenas amarillas tienden a volcarse fácilmente en primavera, por lo que la fertilización nitrogenada debe ser cuidadosa.
3. Fecha de siembra y período de utilización
Con el objetivo de realizar pastoreos múltiples se deben realizar siembras de marzo. Las siembras de enero-febrero requieren identificar los cultivares más aptos para esta práctica. Cultivares no adaptados a la siembra de verano tienden a encañar rápidamente, aun antes del primer pastoreo, reduciendo el periodo de utilización al otoñoinvierno. Cuando el destino del cultivo es la cosecha de
grano se deben realizar siembras de junio-julio, fecha recomendada para todos los cultivares disponibles en el mercado. En cultivos puros de avena amarilla se recomienda utilizar 100-120 kg/ha en la siembra y en mezclas con raigrás se pueden manejar densidades de 40-80 kg/ha de avena. Estos valores deben ajustarse para cada cultivar en función del tamaño de la semilla y de la capacidad de macollaje.
4. Tolerancia a enfermedades y plagas
En cualquier situación, pero en especial cuando el objetivo es doble propósito, se deben elegir cultivares con buena sanidad foliar. Este es un punto débil de muchos cultivares. La roya de la hoja reduce el rendimiento y la calidad del forraje, y puede disminuir el consumo animal. El establecimiento temprano puede ser difícil, ya que pulgones y virus pueden ser un problema en otoño temprano.
5. Manejo previsto y requerimientos animales
La inclusión de avena en la rotación tiene por objetivo la obtención de forraje rápido, con pastoreos que pueden iniciarse a los 45-60 días desde la siembra. Las avenas pueden ser utilizadas en mezclas con raigrás o puras, ya sea como pastoreo directo o como cultivo acompañante para la instalación de praderas de ciclo corto. La excelente combinación del crecimiento temprano de avena con el aporte invernal del raigrás optimiza los rendimientos de forraje, mejora la distribución estacional de forraje y le da más estabilidad a la producción animal. Las mezclas con leguminosas de rápido crecimiento, como trébol alejandrino y trébol rojo, logran altas producciones de forraje de alta calidad, que pueden también disminuir los desbalances minerales típicos de las avenas (hipocalcemia, hipomagnecemia).
Los pastoreos controlados se necesitan para optimizar el rendimiento de forraje de avena. El pastoreo continuo, que algunos cultivares pueden no tolerar, generalmente reduce la producción de forraje comparado con el pastoreo rotativo. El pastoreo debe ser más cuidadoso si se destina el cultivo a heno/grano después de su cierre.
6. Rendimiento total y estacional
Debido a la amplitud de fechas de siembra, especialmente en las avenas amarillas, el rendimiento estacional y total puede variar mucho. Las avenas en general tienen la ventaja de ofrecer forraje 20 a 30 días antes que otras especies invernales. Los mayores rendimientos de otoño-invierno generalmente se obtienen con las avenas amarillas, mientras que los mayores rendimientos de forraje de
calidad en primavera se obtienen con avenas blancas, y las avenas negras ofrecen una alternativa para diversificar la oferta de forraje en otoño-invierno. Es necesario conocer las características varietales en términos de productividad estacional para seleccionar el cultivar apropiado.